sábado, 6 de agosto de 2011

Tejidos y matrimonios

Hola. No he estado acá desde Junio y ya es Agosto. Muchas cosas han pasado en este tiempo y muchas lanas han pasado de ser una bola a ser un hermoso tejido. Pantuflas, calcetines, chalecos y más calcetines. Hoy en la mañana, cuando regresé a la cama después de hacerle desayuno al Sr K. que volvió del trabajo, me puse usar este lindo cerebrito que Dios tan amablemente me dió.
¿No es el tejido como el matrimonio? hhmmm si!!! Por supuesto que si.
Es gracioso pero cada vez que pienso en cómo un tejido empieza, se me viene a la cabeza la misma emoción en el día en que uno decide unirse a una sola persona. Todo está lleno de emoción, alegría y esperanza, tal y como se siente un tejedor al momento en que compra un patrón y la lana para tejerlo. El tejedor piensa en lo hermoso que va a ser, en las muchas horas de alegría que el proyecto va a traer y en lo fácil y bonito que todo va a ser. Después uno llega a la casa y se sienta a leer el patrón. Urda tantos puntos, teja en punto $#$%& (que sólo después de mucha investigación el tejedor entiende lo que eso significa), teja hasta que el proyecto mida 1 millón de centímetros, cambie a punto &/#"!/ (y otra vez lo mismo) y entonces uno entiende que la cosa no va a ser fácil. Tal cual como sucede después de la luna de miel y cuando uno se establece en la casa y se da cuenta de que su otra mitad no come esto, no come esto otro, deja las toallas mojadas en el piso del baño etc. Trabajo duro es lo que toma para conseguir un tejido hermoso.
Después de darse cuenta de todas estas cosas, comienza el trabajo real. El tejedor urde los puntos y por supuesto tiene que hacerlo al menos dos veces porque cuando está a punto de lograr el millón de puntos en el palillo, se da cuenta de que no dejó suficiente lana para esa cantidad. Entonces, cuando llega al 999,999 ya no hay más lana y hay que empezar de nuevo. Más o menos como cuando se está super emocionado haciendo una rica salsa y la cebolla está cocida a la perfección y todos los ingredientes están en la olla y la otra mitad entra a la cocina y dice: "No me gusta la cebolla". ppfff!!! Paciencia, Dios mío!!! Hay que sacar toda la cebolla de la salsa una por una. De nuevo, trabajo de chinos.
Sigue tejiendo y se cometen errores tontos una y otra vez. Por no prestar atención (o simplemente por ser muy optimista de las propias habilidades) Te equivocas 20.000 veces en el mismo lugar. En este momento te vuelves loco. Lloras y quieres tirar el tejido a la basura, con palillos y todo. Muy parecido a como cuando tu otra mitad está "muy cansado" para siquiera conversar contoigo porque son las 6 de la mañana y recién viene del trabajo (lo que es entendible) pero sin embargo, cuando entra el gato con cara de "dame atención" y esta persona tan cansada deja de estarlo y entra en toda una conversación y cariños con el gato, mientras el animal dice "miauuu" a todo. ¿Qué te sucede entonces? Tal como con el tejido quieres tirarlo a la basura con gato y todo.
En este momento dos cosas pueden suceder. 1° Sigues tratando con el tejido, prestando más atención, siendo optimista y pensando que toda tu dura labor va a tener frutos o 2° Tiras el tejido a la basura, los palillos, la lana y hasta el patrón porque de sólo verlo te enfermas y piensas: ¿Qué estaba fumando cuando decidí empezar esto? De la misma manera con el matrimino, la otra mitad y el gato.
Si el tejedor escoge la segunda opción, lo más probable es que agarre lo que lleva del tejido lo meta en una bolsa y lo esconda en el lugar más oscuro del closet y así se divorcia de él.
Si escoge la primera opción, entonces sin importar lo que suceda alrededor de la labor, el tejedor sigue intentándolo y después de lo que será un largo tiempo de duro trabajo, paciencia, tolerancia, creatividad, constancia y mucho, mucho, pero MUCHO amor, terminas con un proyecto en las manos que es simplemente hermoso. Por supuesto que has cometido errores por aquí y por allá, pero con la sabiduría que has adquirido con el paso del tiempo, te das cuenta de que de una vez por todas tienes que dejar pasar esos pequeños traspiés y concetrarte en el preyecto en sí, en llegar a la meta y en apreciar tu propio trabajo (y el de la otra mitad).
Después de todo ningún tejido (y ningún matrimonio) es perfecto y si no dejas pasar por alto ninguna cosa, vas a desarmar el tejido un millón de veces, probablemente te vas a divorciar de él, y no vas a llegar a la meta nunca.
En fin, en eso pensaba esta mañana mientras trataba de volverme a domir. Que tengan un buen fin de semana :)

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