jueves, 5 de mayo de 2011

Días extraños...

Holaaaa!!! Hoy es Jueves y empezemos por lo que es realmente importante. NO ESTA LLOVIENDO!!! jajaja. (si lo sé. Estoy completamente obsesionada con este clima ridículo)
Estos días han sido eeehhh "Especiales". El sol ha salido (aunque ya nos arruinaron las esperanzas porque en la tele dijeron que va a llover por los próximos 3 días) y esto pone de buen humor a mucha gente. Entre ellos...siiii, mi dulce y tierna otra mitad. jeje
Las útlimas dos semanas fueron muy duras en el sentido de no realmente saber hasta donde tu paciencia puede llegar. Caras enojadas ("largas" en buen Chileno), no muchas palabras, pero el sol estaba brillando así que es mejor no prestar mucha atención a cosas que te desvíen del trabajo tan duro y toda la dedicación que toma tener un buen bronceado.
Ahora, esta semana?? hhmm No sé por qué pero algo me dice que las cosas no están funcionando bien. Algo está pasando. Algo que va más allá de lo que mi super desarrollado-super intuitivo cerebro femenino puede entender. Ok, todo comenzó el Lunes pero el domingo fue el típico día. Reunión en la mañana y el resto del día observar las caras que mi esposo hace mientras duerme, duerme, duerme y sigue durmiendo todo el día en el sillón. Por supuesto que los ronquidos no me dejan ver tele así que mejor salgo a tomar algo de sol y trabajar en el ya mencionado bronceado.
Ok de vuelta al punto. El lunes, despues de un día domingo de total descanso, estoy durmiendo en lo mejor y siento la puerta del dormitorio abrirse. Se mueve despacio y con ese sonido que hace una puerta justo cuando viene entrando un sicópata con un cuchillo y te das cuenta de que eso fue todo para ti, pero no, no es un sicópata, es mi gata (que en realidad, si prestan atención a mis pobres brazos, pecho, manos y pies, se darán cuenta de que a lo mejor el adjetivo "sicópata" no el cae muy mal al pobre animal). Y así ella entra lentamente y empieza a saltar de mi espalda a la espalda del que , no duerme, ronca al lado mío. No una, si no varias veces, hasta que uno de los dos tiene que dejar de pretender estar profundamente dormido y levantarse para darle de comer. Este día en particular fue el turno de mi dulce esposo. Ok, pensé, esto seguro que lo pone de mal humor así que mejor me quedo en la cama. Me vuelvo a dormir y a eso de las 9 decido que ya es hora de que yo deje de pretender estar profundamente dormida y levantarme. En eso me siento en la cama y él entra al dormitorio. Con mi cara llena de desconcierto lo miro y pienso que a lo mejor estoy soñando o me he ido a la dimensión desconocida o algo así. Veo lo que lleva en las manos y es: ...desayuno para mi!!! En la cama!!! hhmmm. Extraño. Lunes.
El martes pasamos el día conversando, riendo, tomado sol y persiguiendo a este gato (que según yo es mi Némesis) y en general el día pasa bien. Sólo por otro detalle extraño. En la mañana, el hombre de la casa va al super (Tesco, para nosotros) y cuando vuelve...chan chan chaaaan!!! Flores. Extraño?? Noooooo, suuuuper extraño. Y entonces empiezo a creer que algo de verdad serio está por ocurrir. A lo mejor me va a pedir el divorcio?? A lo mejor está teniendo algo por ahí?? Quién sabe. No pregunto.
Miércoles?? Día de descanso porque en la noche tiene que trabajar así que lo dejo dormir todo lo que pueda. En la tarde si, nos sentamos bajo el sol otra vez, (nótese la obsesión con el clima) hasta que se va a trabajar. Mientras esto sucede, pienso en lo cínica que me he vuelto. Veo dos actos de bondad y lo primero que se me ocurre es que algo malo está pasando, pero en fin...
Esta mañana?? Jueves, regresa del trabajo a las 6 y yo me levanto a decir hola y a hacer una tacita de té (que según mi suegra no hay nada que no pueda curar), y en eso lo veo saliendo del baño con cara de enojo con la caja/baño del gato, limpiándola afanosamente y sin siquiera decir hola. O sea, no es posible que no me haya visto porque estoy parada frente a él con cara de medio dormida y con el pelo Dios sabe cómo. Ok, no hay palabras de nuevo, todo de vuelta a la normalidad.
Regreso a la cama y pienso: "O sea, si alguien critica mi manera de hacer las cosas y las llama ineficientes (no con esa palabra tan elegante pero la idea es esa) por supuesto que no lo voy a hacer más. Así que enojarse conmigo por eso es completamente fútil. Duermo.
Al rato despierto, voy al baño, regreso a la cama y lo oigo venir al dormitorio. Se acuesta y me pregunta: "Estás bien?" (esa pregunta que detesto, porque si me mirara sabría cómo estoy, no hace falta preguntar nada). Así que definitivamente pienso: "ok, otra vez todo de nuevo" y sigo pensando, cínicamente: sabía que el desayuno, las flores, todo...por nada. Y en eso algo ocurre. De esas cosas que hacen que o te sientes a reir histéricamente o a llorar hasta que se te acabe el agua del cuerpo. El Sr K., el hombre al que le prometí obediencia, amor y todas esas cosas que te hacen prometer me dice: "Buenas noches, amor. Te amo".
A lo mejor tengo que dejar de ser tan cínica y al menos dar el beneficio de la duda. O como mi amigo Wally me dijo ayer: "seamos positivos y pensemos que está haciendo el esfuerzo". (Pavez, W. 2011). Vaya lección :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario